miércoles, 6 de octubre de 2010

EL ENIGMÁTICO PLAN B DE MAFO


Si hay algo que me sorprende de la clase política española es la ausencia de claridad a la hora de tomar decisiones trascendentes. Y desde luego que en nuestra economía deben tomarse a menos que queramos volver a ser un país de segunda categoría, con o sin PLAN B incluido que nos sugirió MAFO.



Las recuperaciones económicas que han acontecido en España en los últimos cincuenta años han sido todas cortadas por el mismo patrón, la recuperación del sector exterior (por devaluaciones de nuestra moneda) y la restricción del gasto público corriente (no el relacionado con las infraestructuras).



Cualquier proceso de recuperación económica pasa sin lugar a dudas por una entrada neta de renta en la economía, bien vía subvenciones externas (Europa), vía aumento de la masa monetaria (restricción del gasto público que libere recursos al sector privado) o vía por un saldo positivo de la balanza corriente (principalmente aumento de las exportaciones en detrimento de las importaciones).



Pues bien, visto lo visto en los últimos presupuestos aprobados para la Economía Española en el 2011, el gasto público se restringe de una forma insuficiente y los ingresos previstos están calculados sobre la base de un crecimiento económico del 1,3%. Si por un casual dicho crecimiento no acontece (y no tenemos por qué extrañarnos dadas las previsiones del gobierno de los dos últimos años), volveremos a tener un déficit público elevadísimo que impedirá llegar al 2013 con el objetivo marcado del 3% del PIB.



Teniendo en cuenta por otro lado que hemos dejado de ser un país receptor neto de fondos europeos, queda únicamente la baza de la mejora de nuestra competividad exterior, es decir, que nuestros productos y servicios (principalmente el turismo) sean atractivos para que el resto de países los adquieran a costa de importar nosotros menos. Y eso pasa irremediablemente por tener un euro débil y unos precios atractivos en comparación con nuestros competidores europeos. Desgraciadamente España no es un país competitivo en estas circunstancias por lo que la consecuencia más perversa ha sido el aumento brutal del paro que ha derivado a su vez en una bajada de la demanda agregada vía consumo e inversión y por ende una disminución adicional del PIB.



Yo, a diferencia de MAFO, sí que me mojaré en estas circunstancias. Teniendo en cuenta que estamos bajo un mandato europeo para cumplir un objetivo común como es la bajada del déficit de las administraciones, todo pasa por una restricción brutal del gasto público para el 2012 y una subida de impuestos para ese mismo año. Si además, no empezamos a crecer como se prevé, tendremos un problema adicional como es el no generar renta suficiente para acometer el pago de nuestra deuda. Pero quizás para entonces, Europa no se crea ya ningún plan y nos obligue a algo que nadie contempla en este momento pero que yo no descarto de ninguna de la maneras.



Y esa medida sería el abandono de la moneda única, el euro, para volver a instaurar la peseta (y no precisamente al cambio de 166,386 ptas/€, quizás a 200 ptas/€). De esta manera, sí que se podría iniciar una recuperación económica clara vía aumento de la competividad exterior al devaluarse nuestra moneda, puesto que el resto del mundo sí vería entonces a nuestros productos y servicios lo suficientemente baratos para competir. Aunque si se da este escenario, analicen lo que supondría para los inversores nacionales e internacionales que posean activos españoles en renta fija y renta variable.



Aunque mi duda surge por lo siguiente: ¿Quizás el PLAN B al que se refiere MAFO sería para evitar esta situación tan peligrosa o por el contrario sería a partir de ese nuevo e hipotético escenario?


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