jueves, 18 de febrero de 2010

VALORACIÓN DE EMPRESAS: ADAPTEMOS EL DESCUENTO DE FLUJOS DE CAJA

Si hay algo que se ha visto afectado seriamente en esta supercrisis que estamos padeciendo a nivel global, es el dinero destinado a fusiones y adquisiciones, que desde el 2008 se está viendo reducido anualmente a tasas del 30%. Atrás quedaron casos especialmente llamativos como Endesa, Unión Fenosa y Fadesa que fueron testigos de ese exceso de liquidez en el mercado aplicado a la compra de compañías mediante procesos de OPA. Independientemente del pasado, puede que surja ahora, en este escenario tan complicado, la necesidad para cualquier CEO, director financiero, gerente o máximo accionista de llevar a cabo una VALORACIÓN DE LA EMPRESA para venderla, fusionarse, pedir nuevas líneas de financiación, establecer nueva política de dividendos, supervisión y análisis de la gestión de la directiva, etc., convirtiéndose en un punto de partida clave para entablar cualquier proceso negociador y utilizando a mi entender, el método que mejor refleja la valoración de la misma: EL DESCUENTO DE FLUJOS DE CAJA (DFC).

El problema es que veníamos de una época de crecimiento ininterrumpido de las principales economías mundiales y las valoraciones o proyecciones de beneficios futuros estaban disparadas (que se lo pregunten por cierto a D. Fernando Martín, Presidente de Martinsa). Todo esto conllevaba que el WACC y Ke (tasas de descuento dependiendo de la existencia de deuda) se movieran en niveles muy bajos y los cash-flows futuros estimados estuvieran a su vez sobredimensionados al igual que las tasas de crecimiento económico previstas. De tal forma que las proyecciones efectuadas y actualizadas a valor presente reflejaban datos totalmente irreales viendo el devenir de los acontecimientos posteriores. Pues bien, yo afirmo que deberíamos aprender del pasado y no caer ahora en el error contrario.

Reconozco por mi experiencia de unos cuantos años observando los mercados y un par de crisis económicas acontecidas, que siempre es conveniente tener como referencia los valores medios y no dejarse arrastrar por tendencias de corto plazo. Con esto quiero decir que a pesar de que la situación económica es de una gravedad extrema, quizás dentro de un año las cosas se vean de otra forma y las valoraciones de empresas que se efectúen en la actualidad estén relativamente equivocadas por exceso de pesimismo.
Para ello, en TESORERIA CONSULTING se opta por aplicar, por un lado, series temporales bastante amplias para recoger mejor la tendencia media, y por otro, se diseña y pondera del 20% al 30%, otro método adicional al principal del descuento de flujos de caja (generalmente múltiplos de cotización o de transacciones si existen empresas que operen en el mismo sector, con parecidas dimensiones o similares estructuras patrimoniales relativas) para lograr con ello un análisis más ajustado a la realidad, además de llevar a cabo un test de deterioro de activos en determinados casos. Adicionalmente y en este contexto económico tan complicado, es necesario llevar a cabo un análisis detallado de lo que está ocurriendo con el capital circulante desde una visión estática y dinámica, ya que ésta puede ser una de las principales claves (existen otras muchas) a la hora de estimar más acertadamente el cash-flow futuro.

Siempre se ha dicho que proyectar el cash-flow futuro es un arte y una ciencia. Pero yo añadiría que más arte es todavía hallar la tasa de descuento propia de cada empresa y saberla argumentar sólidamente de cara a terceros en cualquier contexto económico, ya que con estas dos variables bien enfocadas, estaremos siempre en el camino correcto para saber el máximo por el que se está dispuesto a comprar o el mínimo por el que se está dispuesto a vender cualquier activo (distintas ópticas si se es comprador o vendedor). Y no olviden que la valoración de empresas debería ser siempre una opinión y un ejercicio de sentido común, nunca un resultado científico.

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